En el mes de diciembre de 2008, el gobierno emitió un decreto prohibiendo la importación de vehículos con cinco años de antiguedad. La causa fundamental para tan acertada medida, no es tanto por la antiguedad de los vehículo, sino, porque el parque automotor se ha incrementado de 400 mil a 850 mil vehículos. Este desmesurado incremento, viene ya desangrando al erario nacional mucho más que antes, debido que a que tanto el diesel y la gasolina, ESTAN SUBVENCIONADOS. Tan enorme cantidad de parque automotor, viene produciendo permanentes desabastecimientos de carburantes a lo largo y ancho del territorio nacional. A esto se suma el masivo contrabando al Brasil y Perú, además que los motorizados extranjeros que cruzan el terriotrio nacional, disfrutaban de dicha subvensión.
De no imponerse medidas adicionales al decreto mencionado para evitar que miles de vehiculos extranjeros particularamente pesados provenientes del Brasil, Argentina y Peru continuen gozando de esta subvención, agravado por la total habilitación de la carretera bioceánica, la sangría económica boliviana será mucho peor y lo habremos de sentir dramáticamente a partir del segundo semestre de 2009, cuando en particular, los precios de venta de gas tanto al Brasil como a la Argentina, se reducirán drasticamente, porque el precio del petrolero ya bajó de 143 dólares el barril, a menos de un tercio.
Este decretom mediante el alivio del gasto público, busca también hacerle frente en los próximos meses a la oleada de crisis que tratará de ahogarnos. A la ciudadanía nos toca hacer nuestra parte, rechazando que nuestras calles se tornen intransitables más de lo que ya están por estos autos que se vienen tragando nuestro gas, gasolina y diesel que bien podrían estar sirviendo para una mayor producción agroindustrial.
En consecuencia y con el propósito de atenuar el efecto de la crisis del petroleo y el gas en nuestras economias familiares, es lógico que apoyemos o defendamos dicho decreto.
Espacio de Diego Martínez Estévez 